Todos somos… ciudadanos del mundo.

Reconstrucción de una hembra de Australopithecus afarensis y su cría. Ilustración por: Concavenator (CC BY-SA 4.0)

En las galerías del Biomuseo hay una historia que da luz a una gran idea. Según el paleontólogo Steven M. Stanley, en su libro The Children of the Ice Age, el surgimiento del istmo ocasionó cambios en el clima mundial que fueron responsables de la evolución del Australopithecus hacia el Homo sapiens; lo que significaría que entonces, todos somos panameños.

Es verdad, hace tres millones de años el surgimiento del istmo, que hoy conocemos como Panamá, cambió el clima y la biodiversidad del planeta. Pero hace tres millones de años no existían fronteras políticas como las hay hoy; en ese entonces éramos solo el nuevo pedazo de tierra en el vecindario.

No fue sino hasta que la civilización estuvo ya asentada en diferentes partes del mundo, cuando empezaron a nacer términos como ciudadanía y nacionalidad. Se crearon líneas imaginarias para separar territorios y culturas, y proteger ideales políticos. Nacieron gentilicios y pasaportes: Persas, griegos, egipcios, ingleses…panameños.

Ser panameño es el adjetivo que se le da a un grupo de personas con cualidades únicas. Los panameños son alegres y fiesteros, pero también trabajadores, fuertes y resilientes. Ser panameño no tiene que ver con su raza, porque de hecho sus genes están tan mezclados como los ingredientes del arroz con pollo o el sancocho.

Ser panameño significa amar el sol, el calor y, sobretodo, la lluvia. Es sentirse cómodo entre dos océanos. Es saber que el tamaño no importa, porque aunque sea un territorio pequeño, lo panameño se lleva en el alma. Es saber que Chiriquí tiene las más majestuosas montañas, en Veraguas están las mejores cascadas, en Los Santos y Herrera las mejores fiestas, en Guna Yala las aguas más cristalinas y en Darién la selva más espesa.

Pero más importante aún, ser panameño significa cuidar del suelo, sembrar un árbol, recoger la basura. Significa ser amable y sonreír. No importa si no naciste en este suelo, ser panameño es el amor que tienes por este pedacito de tierra, su gente y sus costumbres. Sí, todos somos panameños, todos somos ciudadanos del mundo, todos somos Homo sapiens.

En noviembre, el Biomuseo celebra a Panamá y su gente con talleres de confección de tembleques y molas, y una presentación de baile especial del grupo de danza Sikuikunkalu de Guna Yala. Este mes, celebramos las diferencias que nos hacen panameños.